Nuestro entorno cotidiano está provisto de espacios cuya función es recibir lo que desechamos. Contenedores de diversas formas y colores definen su contenido, pero esto no siempre es suficiente. Los desechos a menudo los desbordan.
Lámparas, mesas, sillones, cuadros, mobiliario en general y sillas en particular para esta parte del proyecto. Si el objeto ha sido importante, deshacernos de él puede experimentarse como un duelo y en consecuencia, se le otorga un nuevo simbolismo que se configura en la forma de situarlo.
Este proyecto se centra en la observación y documentación fotográfica desde el año 2020, explorando la forma en que una silla se coloca en espacios concretos, cuando esta revela una capa adicional de significado.
Territorio
La colocación de una silla en un lugar específico del paisaje va más allá de su uso temporal, siendo una forma de ocupación del territorio que implica apropiación simbólica.
